Bandera de la famosa 9ª Compañía del Regimiento de Marcha del Chad, compuesta por soldados españoles pertenecientes a la 2ª División Blindada de Leclerc.

Amado Granell. “La Nueve”

El oficial valenciano Amado Granell protagonizó la liberación de París. Fue el primero en llegar al ayuntamiento de la capital, al frente de decenas de ex republicanos españoles enrolados en la División Leclerc. De Gaulle, no podía admitir que unos extranjeros fueran la avanzadilla de la Francia Libre que protagonizó la histórica gesta. La acción del teniente Granell nada tuvo de casualidad. Desde Normandía comandó la punta de lanza de la 2ºDB, por decisión del general Leclerc, que siempre admiró al valiente valenciano. Amado Granell, desde el exilio, fue el enlace de Largo Caballero e Indalecio Prieto con Don Juan de Borbón. En el intento baldío de llegar a un acuerdo que forzara a los Aliados a propiciar el derrocamiento de Franco. En 1947 la República francesa nombró al teniente Granell,  Caballero de la Legión de Honor, sin reconocer el papel estelar del español en la liberación de la capital del Sena.

En la tarde noche del 24 de Agosto de 1944 un oficial del ejército de la Francia Libre toma posesión del ayuntamiento de París, en aquel momento ocupado por las autoridades de la resistencia. Para sorpresa de todos, el teniente de mediana edad que habla un francés de peculiar pronunciación, es español y se llama Amado Granell, ex mayor del Ejército de la República Española. Los suboficiales y soldados que acompañan a Granell también sonespañoles, integrantes de La Nueve, la compañía que desde el desembarco de Normandía ejerce como punta de lanza de la División Leclerc. A  todos cuantos están atrincherados en el Hôtel de Ville les sorprende que la mayoría de los militares que han llegado a bordo de un pequeño convoy luciendo la Cruz de Lorena en sus uniformes, no sean franceses. «Españoles, somos españoles, que luchamos por la libertad», dice Granell al presentarse.

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La historia de Amado Granell y los miles de españoles que contribuyeron a la liberación de Francia, en muchos casos comienza en las contiendas de las colonias españolas en el Norte de África y, sobre todo, en la Guerra Civil española. Con la victoria del general Franco, miles de ex combatientes republicanos deciden emprender el camino del exilio franqueando los Pirineos o cruzando el Mediterráneo hasta los puertos de Argelia. En Francia muchos son maltratados en campos de concentración que ofrecen condiciones infrahumanas, donde no pocos pierden la vida. En Orán, Argel y otras ciudades africanas bajo la administración francesa, los huidos, en general reciben una mejor acogida que en la metrópoli, pero aun así se suceden los episodios de sufrimiento, con muchos españoles obligados a trabajar en el tendido de la vía férrea entre Bou-Arfa, Coloma —Bechar y Kennadza o a enrolarse en la Legión Extranjera.

La mayoría de ellos se alistan cuando Francia entra en guerra con Alemania y después del armisticio firmado por el general Petain regresan a sus puntos de acogida como exiliados, para volver a la lucha tras el desembarco aliado en Marruecos y Argelia en noviembre de 1942. Los escasos franceses que entonces siguen a De Gaulle conforman los Cuerpos Francos dirigidos por el general Goisland de Monsabert. Éstas son unas fuerzas inspiradas en los antiguos Tercios de Flandes, que combaten junto a los ingleses en la conquista de Túnez. Más tarde son los embriones de las dos divisiones blindadas que conforman el grueso del ejército regular de la Francia Libre: la 1ªDB del general Jean Lattre de Tassigni y la 2ªDB del general Philip Leclerc. Numerosos españoles exiliados se alistan en las unidades de Monsabert, muchos de ellos procedentes de la Legión Extranjera. Amado Granell es admitido como subteniente, iniciando así un decisivo papel que, año y medio después, le lleva a protagonizar la liberación de París.

Amado Granell Mesado (Burriana, 1898/ Sueca 1972),  hijo de Juan Bautista Granell (que se dedicaba a importar madera desde la entonces colonia Guinea española, hoy Guinea Ecuatorial) y de Francisca Mesado Monzonís. Pasó en su pueblo natal los primeros años de su vida, siempre tuvo un particular espíritu militar que lo lleva a alistarse en el Tercio de Extranjeros, creado por el entonces teniente coronel José Millán Astray, que tiene como comandante segundo jefe a Francisco Franco. Granell sólo permanece nueve meses como legionario, pues es reclamado por su padre alegando que es menor de edad, circunstancia que no es cierta, (se hundió un barco que llevaba madera del negocio de su padre debido a una tormenta. Esto le obligó a volver a su tierra y a colaborar con la economía familia). Pese al corto periodo que pasa en la Legión, tiene oportunidad de participar en acciones armadas, entre ellas la operación en las lomas de Bujarrat, logrando el ascenso a sargento. Atesorando así una notable experiencia militar. Posteriormente, entró a trabajar en una tienda de lámparas que estaba situada en la calle Ribera en València. Poco después conoció a la que sería su mujer, Aurora, que trabajaba en una sastrería que estaba enfrente de la tienda en la que trabajaba Amado. Tuvieron tres hijos llamados Amado, Aurora y Amparo.

El 18 de julio de 1936, Granell, se afilió al sindicato Unión General de Trabajadores (UGT) y, se implicó también en la vida política local, ya que fue concejal por Izquierda Republicana (el partido de Azaña) donde fue concejal por Izquierda Republicana del ayuntamiento de Orihuela, ciudad en la que se ha establecido y donde tenía  una tienda de bicicletas. De modales refinados y don de gentes, Granell ha sabido labrarse una posición entre la sociedad oriolana al tiempo que desarrolla una intensa actividad política.

El día del golpe de estado a la II República Española está al frente de las Milicias Populares, por lo que pasa a asumir el control de la ciudad. En septiembre de ese año decide alistarse en Alicante como miliciano, y dada su experiencia militar le es otorgado el grado de sargento. Su primer destino fue el Batallón de Hierro,  posteriormente rebautizado como el Regimiento Motorizado de Ametralladoras, a finales de 1938 estuvo en la 49ª Brigada Mixta, ya como comandante. Participa en los principales acontecimientos bélicos de la Guerra Civil española, a excepción de la batalla del Ebro. Tres días antes del fin oficial de la contienda, el 28 de Marzo de 1939, logra subir al último barco que zarpa del puerto de Alicante rumbo a Orán, el ‘Stanbrook’. Meses después, el 19 de Noviembre, navegando por el Mar del Norte rumbo a Amberes, un torpedo lanzado por el submarino alemán U-57 hunde al ‘Stranbrook´, pereciendo el capitán y toda la tripulación, un total de diecinueve personas.

Exilio en Orán

En Orán Amado Granell encuentra el arropo de su hermano, llegado meses antes y asentado en el barrio español de Babel-Oued. Vicente Granell es un ex agente de Investigación y Vigilancia de la Comisaría de Orden Público de Valencia, que tiene amigos y buenas relaciones en la ciudad africana.

La colaboración de las autoridades francesas con los servicios de Falange Exterior y la manga ancha con la Gestapo, policía secreta del aparato nazi, obligan a Granell a agudizar el ingenio. En ese sentido hace cuánto puede para colaborar con los servicios de inteligencia aliados, aportando información de interés para el desembarco de las fuerzas norteamericanas. En esos momentos, su íntimo amigo el general Gustavo Durán, al que relevó al mando de la Brigada Motorizada de Ametralladoras, trabaja en la Casa Blanca, como asesor de la esposa del presidente Franklin A. Roosevelt, Eleanor.

El 8 de Noviembre de 1942, las fuerzas expedicionarias comandadas por el general norteamericano Lloyd R. Fredendall desembarcaban en varios puntos de las playas cercanas a Orán, con escasa resistencia de las defensas francesas fieles al gobierno de Vichy. Empero, la ciudad oranesa es un auténtico bunker defendido por una gran guarnición al mando del general Robert Boissau, barcos de guerra, así como un sólido perímetro artillero de baterías costeras y antiaéreas. Aun conociendo la información, el comandante en jefe de la Operación Torch, general Edwin Eisenhower, ordena que un batallón desembarque en el puerto de Orán, transportado en diversas embarcaciones de la marina británica, Royal Navy. La absurda operación militar resulta un suicidio, con cientos de norteamericanos muertos, además de las tripulaciones inglesas. Antonio Granell,  dos días después, el 10 de Noviembre, espera decidido a los primeros blindados que llegan a las puertas de la urbe.

África Corps, sangre española

El desembarco aliado en el Norte de África supone un cambio notable en la marcha de la guerra en aquella zona geográfica, hasta el momento dominada por las tropas blindadas del mariscal Rommel, conocido como el ‘Zorro del desierto’. Los Cuerpos Francos de la Francia Libre (Corps Francs d’Afrique de la Francia Libre, embrión de la Columna Leclerc y del III Batallón de Marcha del Chad), integrada más tarde en la Segunda División Blindada, se nutren de colonos franceses, nativos, desertores de la Legión Extranjera y de ex militares de la república española, entre ellos Amado Granell, que es nombrado oficial e incorporado a las fuerzas que acompañan al ejército británico en el avance a Bizerta. Los Cuerpos Francos suman tres mil efectivos que tras un breve entrenamiento están preparados para participar en la ofensiva aliada en Túnez. Mal armados y peor equipados. En la manga del uniforme, a la altura del nacimiento del hombro derecho, llevan la inscripción Bir-Hakeim en letras doradas sobre fondo azul. También lucen la Cruz de Lorena. Entre sus miembros hay supervivientes de la Batalla de Bir-Hakein, el acto de resistencia dirigido por el general Koening, que mantuvo frenados durante dos semanas a los blindados de Rommel.

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Con la lección aprendida de Bir-Hakein y bajo la dirección del alto mando británico, los Cuerpos Francos inician el avance a hacia Túnez, encontrando una dura resistencia del Ejército alemán. En uno de los enfrentamientos, una esquirla de metralla alcanza en la cabeza al subteniente Amado Granell. Aunque no reviste mucha gravedad, es evacuado a un hospital militar de Argel. Por fin, las tropas aliadas logran ocupar Túnez. En la toma del importante puerto de Bizerta participan los Cuerpos Francos. Amado Granell acompaña al almirante Miguel Buiza, ahora con el grado de capitán. El marino español  cuatro años atrás entró en el puerto de Bizerta al mando de la flota de la República española, entregándola a la Marina francesa. En marzo de 1939 Buiza llegó vencido, el viernes 7 de Mayo de 1943 llega como ganador.

La División Leclerc

Restablecida la paz en el Norte de África, el general Philip Leclerc, por orden de De Gaulle, inicia la tarea de creación de la 2ª División Blindada. Amado Granell, con otros muchos compañeros de los Cuerpos Francos, se alista y al poco tiempo es ascendido a teniente. Por la experiencia que atesora el valenciano en tareas de organización militar, le son asignadas labores administrativas y de asesoramiento en el estado mayor del Regimiento de Marcha del Chad, unidad que va a constituir la fuerza de choque de la 2ª DB. La nueva división al mando de Leclerc tiene la base en los alrededores de Temara, ciudad marroquí a orillas del Atlántico, y ha sido equipada con material del ejército norteamericano, en el que ha quedado encuadrada. Los militares españoles, como después contará Granell, quedan impresionados por el material que es facilitado por el US Army, especialmente el equipo personal que pesa cuarenta kilos y en el mismo va incluido papel higiénico. Tras nueve meses de adiestramiento en las playas del norte de Marruecos, la 2ª División Blindada del general Leclerc es mandada al Reino Unido de forma escalonada. El Regimiento de Marcha del Chad, junto a otras agrupaciones, embarca en los muelles de Mers El Kebir el 21 de Mayo de 1944.

Desembarco de Normandía

La 2ª División Blindada de la Francia Libre no pisa suelo francés  hasta el 1 de Agosto. Ese día el teniente Amado Granell sigue asignado al Estado Mayor del Regimiento de Marcha del Chad, primera unidad francesa en desembarcar en la playa denominada Utah, al norte de la bahía de Carentan.  El 4 de Agosto Granell es transferido a La Nueve, en atención a la experiencia adquirida como oficial superior en la contienda española, y ante la necesidad de encajar un oficial con dotes de mando que sustituya al hasta entonces adjunto del capitán, el teniente español Antonio Van Baunberghen, más conocido como ‘Wamba’. Éste es un militar de alto nivel cultural que, sin embargo, no encaja con el carácter de los republicanos españoles que mayoritariamente integran La Nueve, compañía que desde ese momento deberá ser avanzadilla de la 2ª DB, «la que siempre va delante», en palabras de su capitán, Raymond Dronne, un oficial de la reserva cuya experiencia bélica se limita a la campaña del Norte África, en la que actuó como ayudante de Leclerc. La incorporación de Granell va a ser decisiva en el avance hacia París. La Nueve pone a prueba la efectividad de los soldados españoles en la batalla de Ecouché.

Directos a París

Con tiempo lluvioso, el 23 de Agosto La Nueve sale de Ecouché como vanguardia de la 2ª DB, rumbo a París. En la mañana del día siguiente las fuerzas francesas mantienen enfrentamientos en la cárcel de Frenes, a pocos kilómetros de la capital del Sena, que sigue en poder de las SS, cuyos responsables han armado a los prisioneros alemanes. Minutos después de rendida la instalación, llega Leclerc. Apoyado en el característico bastón que le acompaña desde que sufrió un accidente de caballo en la Academia Militar de Saint Cyr, le ordena que organice una columna y vaya directo a París.

Curiosamente, entre los efectivos que componen la pequeña columna que se dirige a País no hay nadie familiarizado con la capital, ni siquiera un plano. Eventualidad que es solucionada con la colaboración de un civil y una guía Michelin. Los escasos kilómetros que separan Fresnes de Paris, son recorridos despacio por los vehículos de la 2ª DB. La Resistencia ha bloqueado las vías de acceso con troncos y grandes piedras, con el fin de impedir las maniobras de escape del Ejército alemán. En lenta pero imparable marcha, los hombres de Leclerc comienzan a verse apabullados por la euforia de los parisienses que viven en los arrabales, deseosos de abrazar a sus libertadores. El coche del teniente Granell, un Opel descapotado incautado a la Wehrmacht, en cuyos laterales han pintado la Cruz de Lorena, encabeza la sección de La Nueve conducido por el sargento jefe Valero, que frena en seco al superar la curva de un pequeño promontorio. Amado Granell se pone en pie y admirado exclama en francés: «!Tiens, viola la Tour Eiffel!». Minutos más tarde Granell debe emplear toda la energía militar para disolver a los cientos de parisinos que literalmente se echan sobre los libertadores para expresarles gratitud. Hay que extremar las precauciones, en París hay una guarnición de doce mil soldados alemanes que no se ha rendido.

Desde la Puerta de Orleans, Granell lleva a la unidad blindada hasta la plaza Marcel Sembat, desde allí el oficial español manda un mensaje por radio al estado mayor de la 2ª DB: «Llegamos a París 20:45 horas. Envíen refuerzos». El mensaje no es contestado, así que Granell decide dirigir a sus efectivos hacia el ayuntamiento, desde hace varios días todo un símbolo de los resistentes. El prefecto del Sena recibe a los libertadores en la puerta principal del palacio consistorial, acompañando a Granell hasta el interior, donde se reúne, en calidad de máxima autoridad del Ejército de la Francia Libre, con el presidente del Consejo Nacional de la Resistencia, Georges Bidault, y el jefe de las Fuerzas Francesas de Interior, Henri Rol-Tanguy. Más tarde llega el capitán Dronne, jefe inmediato de Granell, y no dejan de producirse escenas de emoción, con vítores a De Gaulle y Francia. En los periódicos de los dos días siguientes a la liberación, las portadas reproducen la misma fotografía como símbolo de la liberación, en la que aparece el teniente Granell con el prefecto del Sena. Sin embargo los pies de foto atribuyen la identidad del español al capitán Dronne. No pueden admitir los franceses que el primer oficial en penetrar en la ciudad ocupada y llegar hasta el ayuntamiento, fuese un extranjero. La liberación de París tiene más peso político que militar.

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Don Juan de Borbón

Finaliza la guerra y Amado Granell recibe la tentadora oferta de continuar como militar profesional en el Ejército francés con el empleo de comandante, propuesta que rechaza al verse obligado a cambiar la nacionalidad, sorprendiendo al propio De Gaulle: «Mi general, Francia es mi novia, pero España es mi madre, no puedo renunciar a ella», dirá el oficial español en un arrebato de convicciones y romanticismo. De esta manera Granell inicia un periodo de actividad política como exiliado en París, pero con documentación de oficial de l’Armée, que le permite franquear muchas puertas y moverse fuera de las fronteras francesas, con el respaldo de los aliados. En los primeros meses de paz conoce a un personaje singular, el multimillonario catalán Arturo Matas, que ejerce como mecenas en la labor política de Granell.

En ese primer periodo Miguel Maura, ex ministro del gobierno de la II República española, ofrece le ofrece la cartera de ministro de la Guerra en un gobierno que pretende consolidar en el exilio, oferta que Granell rechaza. El republicano conservador Maura, en los primeros meses del final de la contienda, se ha convertido en el máximo referente de los exiliados españoles, desarrollando una intensa actividad política que es seguida muy de cerca por los servicios de inteligencia españoles. Los informes de la embajada española subrayan que «Maura continúa siendo el centro de toda la política de la emigración actual», destacando la actividad que desarrolla como articulista, creando opinión entre los republicanos españoles y las autoridades del gobierno provisional francés. Miguel Maura, desde una moderación rechazada por la izquierda radical española, es el máximo referente antifranquista en el exilio de París. Y es en esos momentos cuando Granell conoce a Francisco Largo Caballero, muy enfermo después de los años de cautiverio en el campo de concentración nazi de Sachsenhausen. Enseguida se convierte en asiduo visitante del maltrecho ex presidente del gobierno de la República española y lo convence para que inicie conversaciones con Don Juan de Borbón, con la intención de crear un gobierno entre monárquicos y socialistas que pueda presionar a los aliados para que crucen Los Pirineos y descabalguen del poder al general Franco. De esta manera, Granell emprende una serie de contactos que lo llevan a Lausana y Estoril, primero con el entorno más cercano de Don Juan y después con el propio Conde de Barcelona.

La muerte de Largo Caballero frena los contactos con Don Juan de Borbón y el entorno de éste, pero Amado Granell no tira la toalla y convence a Indalecio Prieto para que coja el testigo. De esta manera, el militar valenciano vuelve a iniciar las conversaciones viajando a Portugal y Suiza, hasta que en el verano de 1948 se produce el famoso pacto del Azor, por el que el Príncipe de Asturias, hoy rey emérito Juan Carlos I, recibiría la educación en España y sucedería a Franco como Rey. Pese a tan serio contratiempo, Granell sigue colaborando con la monarquía española y gracias a la capa protectora de ésta, puede regresar a España en 1952, estableciéndose primero en Santander, pasando después por Barcelona y finalmente recalando en Alicante, donde regenta un negocio de electrodomésticos junto a su compañera, la santanderina Lina, treinta años más joven que él. El teniente Granell, libertador de París, que salió indemne de tres guerras, encontró la muerte de forma accidental en 1972. Cuando la mañana del 12 de Mayo se dirigía a Valencia conduciendo su coche, en el término municipal de Sueca, la lluvia le hizo perder el control estrellándose contra un muro en el que había pintado un anuncio de Cafés Granell. Ironías de la vida.

 

Bibliografía:

-Basilio Trilles. Laberintos, 17 (2015), pp. 543-552, ISSN: 1696-7410

-Casanova, Julián y Gil Andrés, Carlos (2009) “Historia de España en el siglo XX” Ariel Historia, Madrid.

-Hernández, Jesús (2007) “Breve historia de la II Guerra Mundial” (2ͣ edición), Nowtilus, Madrid.

-Reyes, Luis (1990) “Españoles en la II Guerra Mundial” Aldaba Militaria, Móstoles.

-Mesquida, Evelyn (2008) “La Nueve” Ediciones B, Barcelona.

-Pons Prades, Eduardo (1985) “Republicanos en la liberación de París” Historia16, Madrid.

-Torres, Rafael  (2007) “El hombre que liberó París. Amado Granell y la última Batalla de la República” Temas de Hoy, Madrid.

-Trilles, Basilio (2009) “El español de la foto de París” Inédita Editores, Barcelona.

 

Captura de pantalla (16) JavierMartínezS de Burjassot, Valencia, España, Europa, pertenece a la especie Homo Sapiens Sapiens y habita en un planeta al que llaman “Tierra”.